Los bomberos, la niñez y el capitán José Antonio Camacho Portillo, piloto aviador, tienen una misión clara: combatir la deforestación de Chiapas mediante el uso de bombas de semillas nativas que serán arrojadas desde el aire para reforestar las zonas degradadas por los incendios y la tala de árboles.
Bajo el proyecto “Todos somos una semilla” y en un esfuerzo por reforestar la región de Tuxtla Gutiérrez, la Sierra Madre de Chiapas y Selva Lacandona, niños y niñas de Tuxtla Gutiérrez, elaboraron cápsulas hechas con arcilla, lodo, humus de lombriz y semillas de guanacastle, primavera y matilisguate, que serán lanzadas desde el cielo en la aeronave del capitán José Antonio Camacho.
Las cápsulas al ser arrojadas desde las alturas se incrustan en el suelo y se espera que germinen con las lluvias. Además, la composición de la cápsula protege a las semillas de la fauna silvestre y les otorga los nutrientes necesarios para germinar.
Sobre el proyecto, Camacho Portillo, conocido como “El Capi”, explicó que con las pelotas de semillas se busca que desde el aire regrese la vida a ecosistemas impactados por incendios, en zonas montañosas, inhóspitas y de difícil acceso en Tuxtla Gutiérrez.
La técnica utilizada para la reforestación aérea ha sido introducida al mundo de la aviación en México, por el capitán José Antonio Camacho, que desde 2019 reforesta la selva chiapaneca.
Por su parte, Rodulfo Gálvez, presidente del Heroico Cuerpo de Bomberos, dijo que los niños y niñas elaborarán mil esferas con semillas, con un porcentaje de éxito del 18%, lo que equivaldría a 180 árboles.
