Familiares y la Colectiva de Madres recordaron a Jade en su cumpleaños y pidieron justicia por su feminicidio
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Jade Yuing Gómez tenía 13 años cuando su cuerpo fue encontrado sin vida dentro del Instituto del Deporte en Tuxtla Gutiérrez, el 14 de enero de 2020.
La vida de Jade transcurrió entre el ballet, la gimnasia, el tenis, el tochito y el judo. Era una atleta disciplinada que soñaba con ser pilota aviadora, dice su madre, Adriana Gómez, mientras coloca un pastel sobre un ataúd de madera en el sitio donde su hija fue encontrada muerta.
Han pasado tres años y ocho meses desde la ausencia de Jade. Este 25 de julio cumpliría 17 años, una fecha especial para su familia que siempre la despertaba con “Las Mañanitas”.
“Quiero sembrar la semilla de la lucha, para que ninguna madre vuelva a pasar por este dolor, que es que asesinen a tu hija y le quiten su proyecto de vida. Lo único que quiero es que se haga justicia, no quiero problemas”.
“No se suicidó, la mataron”
La Fiscalía General de Chiapas integró la carpeta de investigación como un suicidio, pero Adriana sabía que su hija no se habría quitado la vida porque siempre tuvo una relación de comunicación, por lo que realizó por su cuenta diversas investigaciones. Con el cuerpo de su hija exhumado, dos autopsias revelaron que Jade sufrió una fractura de tobillo y fue ahorcada mecánicamente.
Las autoridades señalaron que Jade se había ahorcado, sin embargo, cuando una persona se cuelga para suicidarse, el lazo sube por el cuello hasta sostenerse con la mandíbula; en el caso de la pequeña de 13 años, la fractura del cuello estaba mucho más abajo. Esto quiere decir que primero la estrangularon y posteriormente la colgaron para simular un suicidio.
Afuera del Indeporte, una escuela de alto rendimiento para deportistas, Adriana y el Colectivo de Madres en Resistencia de Chiapas quemaron el féretro de madera como símbolo de un hartazgo por la revictimización de la que han sido objeto sus hijas y la falta de acceso a la justicia.