Este jueves (21 de diciembre), RBD pondrá fin a un esperado reecuentro que tardó 15 años en concretarse, y que llevó a la famosa agrupación pop mexicana por estadios y arenas de Brasil, Colombia, México y Estados Unidos a lo largo de más de 50 fechas. Soy Rebelde Tour fue una exitosa gira que sorprendió a todos, principalmente a sus integrantes, quienes nunca imaginaron lo que su música representaba para millones de personas.
“¡Es hermoso!”, dice su integrante Maite Perroni dice a Billboard Español. “Ahora vemos niños que se emocionan y que cantan, que son los hijos de nuestros fans. Ellos hacen que sus padres vengan a los conciertos porque ellos quieren ser parte de esa historia”.
El fin de este ciclo para ella, Anahí, Dulce María, Christian Chávez y Christopher von Uckermann, que comenzó en agosto en El Paso, Texas, será en el Estadio Azteca en Ciudad de México, un foro para más de 80.000 personas que antes abarrotaron figuras como Vicente Fernández, Madonna y U2. Previamente, el grupo llenó el Foro Sol durante seis noches a partir del 30 de noviembre, convocando en total a unas 390.000 personas, según la promotora Ocesa.
Si bien Soy Rebelde Tour, producido por Live Nation y T6H Entertainment, se convirtió en la segunda gira más lucrativa de cualquier artista latino en 2023 (solo detrás de Mañana Será Bonito de Karol G), el impacto que generó la reunión entre RBD y sus fans es mayúsculo en momentos en que el reggaetón y la regional mexicana dominan las plataformas digitales.
Unos meses después de haberse sentado los cinco juntos en una entrevista exclusiva de portada con Billboard Español poco antes de salir al ruedo, Perroni hace un recuento de lo que ha significado esta vuelta a los escenarios con sus compañeros y volver a vivir desde las entrañas la experiencia de integrar al grupo pop más grande de América Latina.
Ha sido muy bonito reencontrarnos con tantas personas que han sido parte de nuestra historia por tantos años ya, 20 años, que se dicen fácil, pero son muchos de lealtad, de amor, de cariño. Pero ha sido una gran sorpresa encontrarnos con nuevas generaciones, que ya no es solo una generación, ¡son tres generaciones! Todo esto me ha hecho llegar a la conclusión de que RBD es esa energía poderosa, amorosa, positiva que mueve el proyecto. Nosotros simplemente nos hemos convertido en los vocales, en los representantes de lo que es este grupo, pero la verdad es que la magnitud, la fuerza, la potencia, la energía, el amor, la entrega, nos las ha dado el público. Y nos damos cuenta que RBD es hoy y siempre.
¡Que logramos hacer historia! Eso es algo que en el pasado se llegaba a poner en duda porque RBD es un proyecto que salió de una programa de TV (Rebelde), un grupo pop, uno más de los que ya existían en el mundo. Nos decían que la música pop es fácil, que desaparecían fácilmente, y nos catalogaban muchos en ese lugar, y también por mucho tiempo recibimos, dentro de la misma industria, por otros colegas, cantantes, compositores, críticas, burlas, parodias, y pese a eso nosotros seguimos adelante, construyendo lo que RBD era. Nosotros creímos en Rebelde y en lo que hacíamos. Y lo más hermoso es ver que 20 años después nuestra historia trasciende a otro lugar y que sí podemos sentirnos muy orgullosos de que esto pasó a la historia dentro de la música latina, la música pop, y eso es gracias a la gente.
RBD ha sido un proyecto que nos ha llenado de retos, de muchas emociones, de mucho compromiso. Para mí, RBD es más que un grupo de artistas, para mí son mis hermanos, con nuestros defectos y cualidades, con nuestras cosas buenas y malas. Nos amamos y nos entendemos. Independientemente de eso, para mí, ha representado el poder equilibrar tres mundos: el primero con mi bebé, mi núcleo familiar para sumarnos a esta dinámica; el que a los dos meses de haber nacido mi hija ya estábamos volando a Los Ángeles para llegar a los ensayos del tour y para integrarnos a una gira de casi cinco meses y el apoyo de mi esposo ha sido fundamental para mí.
Por otro lado, y que es algo muy personal, pero me parece muy importante, es que en muy pocos meses tenía que estar sobre un escenario, después de un parto, con muchos kilos encima, debía estar sobre un escenario donde había muchas emociones, ilusiones y mucho amor, pero con una lupa súper grande de ver cómo te ves y qué haces. Estás embarazada, estás gorda, flaca, si no lo lograste, y decir: “No me importa lo que digan, no me importa lo que pase. Estoy en un escenario compartiendo y a la vez poder llevar esto por igual”.
Lo primero era comprometernos de una forma mucha más adulta en nuestro proyecto, el comprometernos a hacer una empresa, una sociedad, a involucrarnos desde la parte administrativa, legal, y a tomar decisiones que fueron determinantes para que pudiera continuar nuestro tour, tomar las riendas de nuestra historia, hacer las cosas de la manera correcta para que esto pudiera continuar. Pero te puedo decir que hoy me quedo con el corazón lleno de saber que ha valido la pena el esfuerzo — RBD lo vale — y que unidos siempre vamos a ser mejor y más fuertes.
Con información de: Billboard.Com