21 de noviembre de 2024

Detectan enfermedad de Chagas en murciélagos de El Zapotal en Tuxtla Gutiérrez

  • En municipios como Tuxtla Gutiérrez, Berriozábal y Ocozocoautla la enfermedad avanza sin que se puedan obtener diagnósticos médicos oportunos 

Por Issa Maldonado

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- El investigador y docente del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), José Antonio de Fuentes Vicente, ha alertado sobre la presencia de la enfermedad de Chagas provocada por el parásito Trypanosoma cruzi, en los municipios de Chiapas con mayor población, cuyos diagnósticos médicos no son ni del tres por ciento. 

La enfermedad de Chagas ha sido prevalente en regiones donde antes era casi imposible, en municipios urbanos como Berriozábal, Tuxtla Gutiérrez y Ocozocoautla, dijo el docente, al reconocer que existe un vacío de información, campañas de control y detección más efectivas.

En entrevista indicó que a nivel mundial se estima que hay unos seis o siete millones diagnosticados con esta enfermedad. “De esa cifra, en México habría un millón 100 mil afectados oficialmente, la mayoría del sureste”.

Fuentes Vicente explicó que como un grupo de investigadores se han realizado algunos estudios en diferentes zonas del estado, para detectar las variaciones del insecto que transmite el mal de la chinche besucona, especialmente en el Zoológico Miguel Álvarez del Toro, donde se detectó la presencia del parásito en murciélagos de la Reserva El Zapotal.

Del estudio se desprende que, de un total de 120 murciélagos analizados, al menos el 20 por ciento se encuentra infectado con el parásito Trypanosoma cruzique provoca la enfermedad de Chagas.

El Chagas se trata, mencionó el catedrático, de una infección ocasionada por un parásito, el cual se transmite por unos insectos conocidos como chinche besucona, misma que se alimenta de sangre y defeca casi de forma instantánea en el área donde picó.

Además, agregó, es común que estos insectos vivan o se reproduzcan en zonas muy marginadas o pobres, sobre todo en casas de adobe, madera o palma, escondidos en agujeros o grietas.

El contacto ocurre cuando las personas duermen, esas chinches pican a las personas y luego defecan, “la picadura no se siente, pero sí se genera una comezón muy llamativa, entonces la gente se rasca en la zona donde le picó y es como ese parásito puede ingresar al cuerpo”, explicó Fuentes. 

Una vez que eso sucede, éste se multiplica y comienza a rondar por todo el sistema circulatorio; “en estos casos, ocho de cada 10 personas no tienen síntomas, y los que sí sienten dolor de cabeza, vómito y otros que no son tan específicos”. 

A los tres meses, dijo el investigador, el parásito deja de circular en la sangre y se dirige a los órganos, pero ataca principalmente el corazón, hasta que pueda provocar la muerte en la persona.

Las regiones de Tuxtla Gutiérrez, Ocozocoautla, Berriozábal, Copainalá y Amatenango de la Frontera, son algunos lugares donde la enfermedad del Chagas se ha hecho presente, aunque podrían ser más de una veintena. 

Por último, el docente dijo que, en caso de detectar una chinche besucona, es necesario introducirlas en tubos de plástico, con el apoyo de una pinza o palitos, “nunca con la mano, y avisar a los centros de salud más cercanos”.

Las y los investigadores la Unicach han brindado capacitación a personal de Vectores del sector Salud, para que detecte el tipo de insecto que picó a la persona, “porque luego nos llegan las pruebas, y resulta que de cada 10, nueve son inofensivas”.

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