En medio del dolor, fue despedida la pequeña Elena, una de las 13 víctimas que dejó el descarrilamiento del tren interoceánico el pasado domingo. En la iglesia de San Pedro Mártir, se realizó la ceremonia de despedida a su última morada.
Ella no debía de morir, dijo con la voz entrecortada su maestra del primer grado de primaria de la escuela “Juan B. Toledo”, Amisadait Santiago Rasgado. “Ella era el ángel de su hogar, ella era ángel de aquí de la escuela, del salón”.
A sus seis años de edad, Elenita tenía el sueño de viajar en el tren. Iba acompañada de su abuela, entre otros familiares. La tragedia interrumpió el sueño y la abuela fue trasladada a un hospital de la capital oaxaqueña.





