24 de noviembre de 2024

¿Ernesto Zedillo se lanza contra amlovers?, expresidente asegura que México no necesita seguidores de culto

Con un llamado a proteger la democracia y no creer en cultos, Ernesto Zedillo lanzó indirectas al presidente Andrés Manuel López Obrador, esto durante su participación en el foro Active Day frente a más de 500 empresarios.

Tras su regreso al país que gobernó de 1994 al año 2000, el expresidente de México criticó que haya políticos que ante su incomprensión en ciertos temas usen el término “neoliberales” como insulto, aludiendo indirectamente al líder de la llamada Cuarta Transformación, quien cada que tiene oportunidad usa esta expresión.

Sin embargo, el político que desfiló en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) reconoció que hubo políticas del pasado que le abrieron brechas al populismo, al engaño y a la demagogia.

“Las fallas de algunas políticas del pasado han provocado la apertura de espacios para que el populismo haya renacido en algunos de nuestros países”, sentenció y aseguró que estas figuras sólo buscan erosionar las bases democráticas.

“Vemos países en los que el liderazgo político llegó al poder con la democracia, que todos los días dice que el país vive en democracia, pero todos los días trabaja para erosionar las bases de la democracia. Lo hace buscando eliminar los pesos y contrapesos del poder público, los organismos autónomos, debilitarlos con muchos procedimientos”, indicó.

Creer en la democracia
En este escenario, el expriista aclaró que el mayor reto en estos tiempos es proteger y creer en la democracia, evitar que haya una regresión, un Congreso sumiso y un Poder Judicial que se apegue a lo que dice la Constitución y no a lo que desean unos cuantos.

En este sentido, agregó que para que un país tenga democracia se necesita que sus ciudadanos crean en ella y no en cultos, al tiempo que dijo que es preocupante que haya quienes busquen resolver problemas con meramente puros “buenos deseos”.

“Para tener democracia necesitamos ciudadanos que crean en la democracia, no seguidores de culto, fanáticos retrógradas”, subrayó.

Al hablar sobre México, dijo que hay preocupaciones como el tema económico. En este aspecto, llamó a ser más reflexivos y evitar usar las etiquetas como “capitalismo”, “neoliberalismo”, para luego definirse él mismo como: “Soy un liberal, decimonónico, clásico, tradicional. Y desgraciadamente ya no tengo ningún atributo físico que dijera yo, soy neo. No tengo nada de neo”, aseveró.

Zedillo Ponce, quien ha sido crítico del actual gobierno pero nunca ha mencionado directamente a AMLO, dijo en noviembre pasado en la Universidad de Chicago que esperaba que la persona que sucediera a López Obrador en la silla presidencial no fuera un demagogo, no mienta ni diga mentiras a la ciudadanía y no haga promesas que no puede cumplir.

“Me gustaría que llegue alguien que escuche a la gente y reconozca lo complejo que son nuestros problemas. Pero también alguien que no explote esas necesidades creando un discurso demagogo, prometiendo cosas que no serán cumplidas, que no divida a la sociedad, que impulse las reformas que nuestros países necesitan”, dijo en aquella ocasión.

Previamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia “mañanera” que se enteró del regreso del exmandatario, por lo que le formuló cuatro preguntas: ¿por qué reformó el sistema de pensiones?, ¿por qué en sus seis años de gobierno, de 1994 al 2000, no hubo aumento al salario mínimo?, ¿por qué convirtió las deudas privadas de unos cuántos en deuda pública (el Fobaproa)?, y ¿por qué privatizó los ferrocarriles?

Apenas hace unos días el titular del Ejecutivo Federal anunció que enviará al Congreso un paquete de reformas al sistema de pensiones contraria a la que implementó Zedillo en 1997, cuando la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro creó las las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores). Con ello se buscará que los trabajadores reciban al 100% los ingresos de su último sueldo de forma mensual.

Asimismo, buscará revivir el sistema ferroviario del país, que fue privatizado durante el gobierno de Ernesto Zedillo, quien desapareció la empresa estatal Ferrocarriles Nacionales de México (FNM) y dio concesiones a privados.

Con información de: Info Bae

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