Fundado en 1943, el Tec cumple 80 años y el vicepresidente de Relaciones y Desarrollo, Alejandro Poiré, revela los secretos de una institución que está a la vanguardia en México y toda América latina: financiación, articulación con Gobierno y empresas, estrategias de desarrollo, infraestructura, etc.
El Tec de Monterrey es un organismo vivo. Con 29 campus en 23 de los 32 estados de México, el Tec funciona como sinécdoque de un país que mira al futuro de frente. Quien haya estado el año pasado —o en enero de este— en alguno de los múltiples eventos y congresos que se realizan en el campus de Monterrey notará evidentes diferencias: nuevos edificios, salas remozadas, mejoras en las comodidades para estudiantes y docentes; también la actualización de los planes de estudio y los contenidos educativos.
“Una de las características del Tecnológico de Monterrey es su espíritu emprendedor”, dice en diálogo con Infobae Alejandro Poiré, vicepresidente de Relaciones y Desarrollo, y uno de los máximos responsables de que este organismo que cumple 80 años de vida siga evolucionando sin dar señales de detenerse. Ese espíritu que comparten todos los hacedores de la institución se refleja en diferentes aspectos, pero que puede sintetizarse en uno: una mentalidad exponencial. Es tan grande el campus de Monterrey —es el más grande del país, sí, pero los demás no son chicos— que nadie puede decir con precisión cuántos edificios hay.