El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, designó ayer al fentanilo como una “arma de destrucción masiva” y resucitó una condecoración militar –que originalmente fue creada para reconocer a militares estadunidenses que participaron en el combate a las fuerzas de Pancho Villa– para otorgarla ahora a efectivos que “defienden” la frontera con México de narcotraficantes e inmigrantes.
En una ceremonia y conferencia de prensa en la Casa Blanca, cuestionada como una estrategia diseñada para distraer la atención pública del desplome del apoyo ciudadano al presidente y el fracaso del mandatario en su promesa de reducir precios al consumidor y hacer más asequible el costo de la vida, el comandante en jefe firmó una orden ejecutiva para declarar al opioide fentanilo como un “arma de destrucción masiva”.
Afirmó que “ninguna bomba causa el daño que esto está haciendo: entre 200 mil a 300 mil personas mueren cada año, qué sepamos”. Sin embargo, las cifras oficiales sobre muertes por sobredosis de la mencionada droga, emitidas por el Centro de Control de Enfermedades, son entre 70 mil y 80 mil anuales.
La orden ejecutiva firmada por Trump declara que “el potencial para que el fentanilo sea empleado como arma para ataques concentrados de terror a gran escala por adversarios organizados es una amenaza seria para Estados Unidos”. Aunque México no se menciona por nombre en el documento, sí identifica “dos cárteles que son predominantemente responsables de la distribución de la sustancia en Estados Unidos”.
Durante la ceremonia para la firma de la orden, en la que participó el jefe del Estado Mayor, el secretario de Guerra, la procuradora general, el jefe del Comando Norte, el administrador de la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el zar fronterizo, el presidente declaró que “toda nuestra frontera del suroeste del lado mexicano está bajo el control físico de los cárteles, que están entre las entidades más violentas”.
Después de afirmar que su administración ha logrado poner fin a los envíos de droga ilícita a Estados Unidos por vías marítimas, Trump repitió su amenaza de empezar a atacar narcotraficantes “por tierra” en otros países (aunque en este contexto no mencionó por nombre a México).
“Éstos son una amenaza militar directa a Estados Unidos. Están intentando drogar a nuestro país”, afirmó el presidente. “No hay duda de que nuestros adversarios trafican fentanilo a nuestro territorio en parte porque quieren matar a estadunidenses”.





